Procede del latín
"alienus", (etimológicamente, ajeno, que pertenece a otro). La
alienación o enajenación supone la pérdida de sí mismo y la conversión en
objeto.
Se trata del fenómeno o la
circunstancia que priva al individuo de su propia personalidad y que
anula su libre albedrío. El sujeto enajenado (o alienado) no puede
actuar por su cuenta sino que se encuentra dominado por aquello que ordena
una persona o una organización.
En última instancia,
la enajenación mental puede producirse por la presión que un
individuo siente respecto a los mandatos de la sociedad en general.
Mediante la enajenación el hombre se transforma en
propiedad privada de los medios de producción.
De acuerdo con la dialéctica, el hombre solo puede desarrollarse a través de
contradicciones. Así, por ejemplo, la libertad no ha podido ser alcanzada más
que a través de la servidumbre.
Como
expresión concreta de estas contradicciones que se dan en la historia, la cual
surge cuando el hombre no se reconoce en los productos que el mismo crea y
cuando estos productos lo doblegan y deshumanizan.
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